
Una semana después de COMDEX, Gordon todavía no ha perdonado a Donna por su indiscreción con Hunts. Él le da la espalda mientras lava los platos, y una parte suya tal vez disfruta ese excepcional momento de moral alta. Después de una monosilábica noche frente a la tele, Donna decide que él ha ido demasiado lejos. Ella dice a Gordon que se siente mal sobre eso, y le pide que duerma en la cama de ellos con ella esa noche. “Yo todavía estoy muy molesto contigo”, insiste Gordon. Pero él no puede evitar sonreír; ha sido derrotado por los encantos de Donna y se junta a su esposa en la cama.
Un técnico inspecciona los daños en el teléfono de la casa de Cameron, que ella parece haber destruido en un momento de rabia. “Probablemente alguien se cansó de escucharlo sonar”, ella dice intentando explicarse, dejando al técnico hacer su trabajo. Ella entonces le da su pelacables personal para que pueda arreglarlo. Impresionado, él le menciona que la compañía de teléfonos está contratando.
En Cardiff Electric, Nathan Cardiff regaña a Joe y a Gordon por llevar al Gigante a la COMDEX sin su permiso. Mientras Joe intenta mejorar un poco las cosas diciendo a Cardiff que ellos cerraron un negocio que va a dar $40 millones en ganancias a la compañía, Nathan parece poco impresionado. “Tengo 65 años. Porque necesito 30 millones cuando puedo conformarme con 5?”. Joe y Gordon intentan apelar para el sentido de legado de Cardiff – han armado un equipo bastante convincente – y como última instancia intentan hacer con que Nathan les dé un porcentaje de la compañía, además del control operativo.
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